Los chuzos de Añana son finas estalactitas que surgen de forma natural por aquellas zonas del valle salado por donde circula la salmuera en altura. Lo que en el pasado se consideraba un error constructivo, ya que se trata de filtraciones no deseadas del agua salada, se ha convertido en la actualidad en un preciado objeto de deseo.
Su valor radica en que es un producto escaso y único de una calidad muy elevada. Que es recogido de forma manual uno a uno bajo las estructuras de madera de este insólito paisaje cultural.
La textura fina y compacta de las estalactitas provoca que se disuelva en boca muy rápidamente. De este modo, el paladar recibe de manera inmediata un sabor salado y limpio de larga duración. Los análisis sensoriales efectuados por la Universidad el País Vasco indican que se encuentra entre las mejores sales del mundo.
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